Es maravilloso planificar un embarazo y visualizar a la familia creciendo. Tomar esa decisión en muchas ocasiones es fácil y hasta puede ser divertido. Si el embarazo se produce en tal fecha, y el nacimiento en esta otra, muchas parejas empiezan a visualizar sus futuros cercanos, guardando sus días de vacaciones del trabajo para acumularlos y disfrutar más al bebé a su llegada.
Esa decisión, así como muchas otras que tomamos en nuestras vidas, son tomadas de forma consciente, nuestro deseo está ahí y parece ser que eso es suficiente, claro; en el caso de la concepción, cuando es planificada en pareja, el siguiente paso al deseo es la práctica y luego el tiempo de espera, con suerte el próximo ciclo menstrual no llegue y el embarazo se haya logrado.
¿Por qué el embarazo no llega?
¿Mi pareja y yo tenemos el deseo de ser padres, pero ha pasado mucho tiempo y el positivo no aparece?
Cuando mi esposo y yo, hace ocho años decidimos intentarlo, me hubiera gustado saber que, en ocasiones, el deseo consciente no es suficiente… Nuestro inconsciente tiene un papel fundamental y de hecho, podría estar incluso “bloqueando” nuestra capacidad de dar vida.
¿Por qué haría algo así nuestra propia mente?
Las razones son varias y, aquí algunas posibles opciones:
Resumiré algunos de los posibles motivos señalados en la conferencia “Fertilidad: conoce los bloqueos inconscientes” de Ángeles Wolder, terapéuta, directora y fundadora del Instituto Ángeles Wolder:
¿Qué relación de pareja tengo yo ahora?
No es casualidad que tu pareja, tú o ambos tengan algún “síntoma” (diagnóstico de infertilidad), por alguna razón se encontraron y escogieron. Además, también es importante sincerarse, ¿tu pareja también quiere tener un bebé? ¿Tal vez es un deseo solo tuyo? (Y el/la otro/otra solo “acompañan” por la razón que sea (obligación, culpa, etc).
¿Qué tanto quieres tener un hijo?
Imagínate; cómo sería ahora tu vida y la de tu pareja si el bebé ya estuviera aquí…
¿Qué es lo primero que se te viene a la mente? Una de las respuestas que ha escuchado la Lic. Ángeles Wolder fue: “Ah, no. La verdad es que ahora, con todo lo que yo trabajo. ¡Ni me lo imagino!”.
¿Hay espacio en tu rutina? ¿Tienes tiempo y espacio para la llegada de ese bebé? Analizar la rutina individual y en pareja al responder estas preguntas sería ideal para tener claro el panorama.
¿Cuál es tu rol y el de tu pareja en su relación?
Como dice la Lic. Ángeles Wolder: “Necesitamos saberlo, porque muchas veces somos o hijas de nuestra pareja, mamás de nuestra pareja, papás o hijos de nuestra pareja”. Estos roles podrían estar afectando nuestra posición en la relación, que tendría que ser la de un “adulto” que acompañe, de vida y pueda ser padre o madre.
Por ejemplo, cuando se dice que la mujer puede estar siendo mamá de su pareja y desea tener un hijo, en el fondo, esa mujer tiene miedo, ¿por qué?, “voy a ser mamá de dos” y esto le dice a esta mujer que está en peligro ya que biológicamente, las mujeres necesitamos una seria de condiciones para ser mamás, una de ellas; el macho debe tener la capacidad suficiente de salir a buscar el sustento y traerlo (cumpliendo el rol de un adulto). Por lo tanto, desde un punto de vista biológico de mamífero, la mujer no puede salir a buscar el sustento y traerlo, por algún tiempo tendrá que estar cuidando y amamantando al bebé y así protegerlo para que no corra peligro.
¿Qué rol le vas a dar a ese bebé en tu vida?
Puede darse el caso de mujeres que desean ser madres y quedarse embarazadas para ‘salvar” su relación de pareja o porque no quieren quedarse solas en un futuro y si su pareja se va, van a convertir a ese bebé en su pareja (de forma simbólica). También, se puede dar el caso de querer ser padres para tener un bastón en la vejez, un hijo o una hija que cuide de nosostros cuando estemos viejos y siempre esté para nosotros. Con algunas de estos ejemplos, se puede producir lo que la Lic. Wolder denomina un desorden sistémico.
“Para que un embarazo se produzca, debe haber un deseo inconsciente de los dos, sino, no se produce”. dice la Lic. Wolder.
Por ello, es tan importante que las parejas se sinceren y en terapia, por ejemplo, ir descubriendo lo que está al interior de cada miembro de la pareja para encontrar la pieza perdida del rompecabezas.
¿Cómo están las cosas con tu familia de orígen?
Tal vez tu mirada está en tu familia de orígen; un sobrino, tu padre, madre o hermano y seas tú o tal vez tu pareja quién apoye económicamente a su familia, cuide de uno o varios miembros de ésta y, no pueda posicionarse en su familia principal, es decir, la pareja con el deseo de tener un bebé, porque su mirada, tiempo y energías, están en otro lugar (familia de orígen).
Otro posible motivo; el no saber lo que pasó exactamente en el momento de nuestra concepción y cómo llevó nuestra madre el embarazo; luego, el momento del parto y algo muy importante, la crianza. Éste último, también puede llegar a convertirse en un bloque inconsciente para no ser padre o madre, ¿por qué?, según como hayamos vivído nuestra infancia con la familia de orígen, sobretodo, en la infancia temprana, podremos decidir de forma consciente o inconsciente no tener hijos, porque no queremos que ellos vivan lo mismo que nosotros (por ejemplo, maltrato, abandono, etc).
Les invito a ver la conferencia completa en YouTube. Esta es información muy importante y si tú y tu pareja logran reconocer algo de lo descrito en este artículo, te invito a buscar ayuda en un terapéuta como la Lic. Ángeles Wolder o un/una psicoterapeuta de tu confianza.